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Opinión del escritor Alfonso Carvajal en el Periódico El Tiempo sobre la novela Antuán de José Luis Cabada Ramos.

  ‘Antuán’ en la Feria
Alfonso Carvajal

 

Este libro, escrito con el legado rulfiano, va construyendo un relato polifónico sobre la estadía de Artaud en México.

Érase una vez, en la pasada Feria del Libro, cuando me encontré con el poeta Fernando Denis, ahora abstemio, pero con su lucidez intacta; iba de corbata y chupa de boda, sonriente, lírico, sin los fantasmas de antaño, o los tiene muy bien guardados en el clóset del alma; iba ya de noche, camino al cielo de su casa.

Me lo topé porque el azar es el azar, y me dijo que presentó a un ensayista y poeta mexicano que había escrito una novela sobre el incorregible Antonin Artaud, publicada por una editorial Zenú de Montería; se me vino a la cabeza un toro de giba grande, y pensé que el asunto no era real, que vivía un sueño, pero, muy orondo, me dio un ejemplar y bajé a tierra. El autor era José Luis Cabada Ramos, quien ha publicado libros sobre Jorge Cuesta y Octavio Paz, y me sumergí en la lectura del libro Antuán. En el prólogo, Denis afirma: “Más que una novela, es el mágico poema épico de una secta, de una legión de amigos en torno a Artaud”. Está escrita con el legado rulfiano, voces que van construyendo un relato polifónico sobre la estadía de Artaud en México.

De la pintora María Izquierdo, quien dice que oírlo eran “cuchillos en el alma”. De Luis Cardoza y Aragón, que lo intuyó como el surrealista más auténtico, el más radical, el único. De la relación epistolar entre Cuesta y Artaud. La estructura fragmentada le da un carácter experimental. Allí se describe a Artaud, drogadicto y lúcido, que llega en barco al puerto de Veracruz para curarse de sus demonios, que no son otros que el lastre de la civilización occidental; y, por el bien de la literatura y nuestra mala conciencia, la estadía no sanó su herida y multiplicó su lenguaje árido, bienaventurado; su anarquía natural es un testimonio de una de las aventuras libertarias más dementes del siglo XX.

Cabada logra desde una novela que amplía sus formas y, desde el corazón desgarrador de la poesía, acercarse a esta experiencia inaudita. Va hilvanando la historia de un fracaso. ¿El de todos? De un loco que está más cuerdo que la humanidad. Que en el opio encontró el camino de su respiración y que danzó al son del peyote en la tierra volcánica de Chihuahua. Que su caída es su ventaja, y nunca lo alcanzaremos. Es el mundo de los libros y sus muchos laberintos felices.


Alfonso Carvajal
FUENTE: El tiempo.







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