El mentiroso,
cuando lo descubren,
derrama su lava engañosa,
devuelve su culpa a quien lo acusa,
lo tilda de loco.
El infiel disfraza su deslealtad,
señala al que lo juzga,
vierte su agua sucia,
oculta la traición.
La maldad despierta la duda,
te deja sin luz
ni raciocinio,
llega hasta las profundas raíces del pensamiento
y no encuentra respuesta.
Cada acto de barbarie
nos deja mudos.
¡Ay, Jhonier!
El odio te enfermó,
te llevó a la insensibilidad
y te quedaste sin lo más preciado:
el amor.
¡Ay, Jhonier!
Llora la luna que te arrulló
en tiempos de angustia.
No supiste leer los mandatos divinos.
Tus heridas acabaron tus sentimientos,
se fueron como pájaro herido.
¿Quién podrá sanarte?
En la transformación
está la sanación.
Espera el perdón,
amigo.
A dos manos
Alba Lucía Hernández Espinosa
Nur Tatiana Rodríguez Barguil