Doña Faustina, diminuta como un homúnculo,
ostenta el poder,
hace el conjuro y libera a la diabla por naturaleza,
la que busca maridos por internet,
y los compra.
Barbarita, que no tiene gracia,
goza de mala reputación.
Ellas arman los ritos de magia,
brujería y maldad
en la casa hechizada,
allí se perciben energías negativas.
Son colegas por oficio,
bestias inmundas
que invocan a los malos espíritus
y preparan la próxima pócima.
Sé que la culpa y el remordimiento
inundan a Faustina
y le quitan la cordura.
Faustina muere de pena a causa de su ambición.
La diabla se encierra, pierde el poder del dinero.
Dedicada a mis hermanas Tana y Yeya. ¡Gracias!