El pulso del ritmo
como en un tambor,
poema frágil y seguro.
Ardientes movimientos.
Al compás de las combinaciones,
evocando la percusión de los tambores,
como una metáfora del yoruba,
aprender a cantar
los mensajes de pueblos olvidados.
Esa sangre afro,
en la altivez de la cumbia,
el bullerengue sentido
y el sensual mapalé,
donde el ritmo se involucra
y surge un nuevo lenguaje,
en la armonía del ancestro africano,
enalteciendo el mestizaje.