Autor:    Tuirán Danith Urango

LORCA

Deja que se corra el velo,

que se abran las puertas invisibles,

las que detienen el paso del pasado, deja,

que no se detenga nada

de lo que fluye del tiempo hacía acá,

y de aquí hacía las coordenadas. Deja.

Qué venga ahora con su sonora guitarra,

qué Andalucía muestre su rostro,

qué se desgaje toda Córdoba,

qué Granada venga de rojo pintada

y Sevilla con magnolias adornada.

Por aquí pasarán San Miguel y su espada,

San Rafael traerá su corte escarlata

y San Gabriel notas de Málaga.

Aquí hará su pernocte la monja gitana,

la casada infiel traerá sus enaguas,

y un caballo verde con relincho de sables

hará temblar los cimientos de la casa.

Corriendo bravío botando su sangre pesada,

el toro de España, y yo en silencio

observo todo el séquito que pasa,

la pena negra vestida de rosa,

y mil cantos de bocas gitanas,

pasan todos y Lorca no pasa,

cantan todos y Lorca no canta,

la poesía gime por la loca esperanza,

y silencioso espero y Lorca no pasa.

La noche sigue muy vaga,

llegan más notas gitanas,

notas que saben a raíz amarga

y a agua herida por las balas.

Ya viene caminando su verso,

ya viene el que por amor pintó su barba,

ya viene y Lorca pasa

cantando su muerta esperanza.

Pasa el mascarón,

los cocodrilos buscando sus ojos,

los negros de Harlem y el rey.

Viene el carnaval y el danzón,

la muerte viene con un disfraz,

viene Nueva York y España, herida también,

y la poesía gime su dolor,

y la poesía canta su canción.

Lorca viene cantando su elegía,

Lorca viene cantando su balada

sobre los hombros de la victoria.

Lorca viene sobre el agua,

hace parte de toda la tierra ya,

de cada estrella, de cada luna,

le pertenece al sol, al mar,

le pertenece a la música,

le pertenece al sonido y a la luz,

le pertenece a la vida.

El que murió no ha muerto,

pasa ahora vivo sobre la victoria

cantando su loca esperanza,

pasa y pasa Lorca y pasa

sonando su sonora guitarra.