LA PALABRA
Cuando sutil y florida llega,
llena de esperanza,
y hasta el corazón alcanza;
se siente bien recibida,
más grata se hace, extendida.
La palabra, pues, por eso,
da y recibe el embeleso;
haciendo que los prendados
se fundan como hechizados
con el abrazo y el beso.
A UN BEBÉ
Naciste de pronto, y, al rato,
lanzaste tu llanto innato;
porque quien llega a este mundo
sentirá dolor profundo
y con variado maltrato.
Pero sonríe, pequeño,
también la vida en su empeño
te ha de dar lapsos jugosos,
placenteros, primorosos:
te harán feliz halagüeño.