SENTIRES

Autor:   Salomón Blanco

Salomón Blanco


EL PRO Y EL CONTRA


EL PRO Y EL CONTRA


El país está cambiando, de nosotros depende si para bien o para mal. Lo importante es tener los ojos abiertos, no estamos para la cajita feliz que nos quieran dar los líderes de siempre.

Hay cosas preocupantes, por ejemplo, desde que el ex presidente Uribe fue senador e impulsó victoriosamente la ley 100 (para él y sus amigos), la salud es vista como un niño que vende Bonice: sabemos que les pagan una miseria, que deberían estar ocupados en cosas mejores, pero es más fácil expiarnos comprándoles un helado, dejándolos a mejores suertes y por supuesto riéndonos de los pingüinos del comercial.

Veintidós años después y dos periodos presidenciales, este señor pretende llegar al senado indignado por la situación actual de la cual ha sido coautor y materia prima.

Santos se va a reelegir, de eso no cabe la menor duda, mientras la educación se deteriora como una flor en las manos de un amante indeciso. Estoy seguro de que el 2018 llegará sin haberle dado vía a los miles de jóvenes que no pueden estudiar; los cuales están buscando alternativas poco convencionales a la falta de empleo y de reconocimiento de sus facultades, expuestos al delito, a las drogas y en el peor de los casos, a ser criados por Jota Mario & co en la T.V.

La izquierda no ha podido superar esa manía de hacerse la víctima. Podríamos decir que Robledo, Clara, Gaviria Díaz y otros personajes relevantes son los genios incomprendidos de la política nacional, intentando salir de la periferia del poder e instalarse por primera vez en el mando central. A ellos no les cae bien nada ni nadie; por supuesto que conocen los problemas del país, cómo solucionarlos, pero prefieren que se les pudra la comida antes de repartirla, prefieren quejarse antes de dar soluciones concretas en un gobierno que no es el suyo. 

En Córdoba, no sucede lo contrario, a pesar que elegimos al Dr. Lyons para que pasara la página que el matrimonio López tenía desgastada, parece que quedó encantado con lo que leyó ahí y decidió hacer un resumen a su manera, porque a pesar de tener todos los recursos naturales, universidades, talento humano, el departamento no ha podido salir del desbarrancadero.

Ni hablar de Montería. La Ronda del Sinú, que es una de las pocas cosas por las cuales uno siente que está en una ciudad que vale la pena, está echada a perder, las basuras atiborran las canecas, la seguridad escasea, la intolerancia ha llegado a tal punto que los caricaturistas, músicos y demás artistas en su noble labor tienen que luchar por no dejarse sacar de ahí (Aquí no hay procuraduría que tome cartas en el asunto, me imagino en cuántas ciudades sucederá igual).

El país está cambiando, podemos sentirlo, pero ese cambio será para bien si cada uno de los que conformamos esta sociedad actuamos para que así sea. 

 
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