SENTIRES

Autor:   Salomón Blanco

Salomón Blanco


LA CASA DESAPARECIDA


LA CASA DESAPARECIDA (reforma, fútbol y depresión)

“Madre ponme en la chaqueta las medallas,

los zapatos ya no me los puedo poner,

mis dos piernas se quedaron en Malvinas,

el mal vino no me deja reponer”

 

 

Desperté sin ganas de bañarme, pero con aquella canción del viejo Fito en la cabeza y un post de Carlos Andrés Amaya (Representante a la Cámara) en el Facebook rechazando la reforma tributaria por considerarla apresurada, donde no hay beneficios para la educación, además de dejar desprotegido económicamente al Instituto de Bienestar Familiar (ICBF) y al SENA (Servicio Nacional de Aprendizaje).

Los Gays están a unas plenarias de poder casarse, el Junior de Barranquilla no llegó a la final de la Liga Postobón, Millonarios después de 24 años habita la posibilidad de llevarse la estrella máxima del balompié nacional y como es moda hablar de reelección, el América de Cali se queda otro año en la B.

La alegría del fútbol, yo que no soy un gran futbolero, admito que es embriagante. Pero más allá de la burla, que América se retuerza en las inferiores, que el Once Caldas ya no nos de las alegrías de otros tiempos, que Nacional se haya ido al cadalso y que Millos se expusiera al ridículo frente al Real Madrid, guardando las proporciones claro está, sin mostrar el más mínimo esfuerzo y teniendo en cuenta que se disputa el triunfo de ser el mejor equipo del país los próximos 6 meses, deja mucho que desear del fútbol colombiano.

“…que la guerra está perdida, y de esto ya hace tiempo,

y esto todos lo sabemos, qué le vamos a hacer.

Te regalo la bombacha transpirada

si hoy ganamos la copa 4 a 3…”

 

Algunos piden desacatar el fallo de la HAYA, indignados por haber perdido una considerable porción de mar; mar que no sabíamos siquiera que existía, ni que tenía petróleo, ni que les brindaba sostenimiento a muchos habitantes de las Islas de San Andrés y Santa Catalina. Algunos no tienen idea de qué carajos es Santa Catalina y se rasgan las vestiduras, deben ser los mismos que proponen la guerra contra Nicaragua.

 

Querer esconder la miopía que nos embarga con lágrimas de ahogado, es uno de nuestros grandes problemas. Por ejemplo, mientras que en Córdoba tenemos serias dificultades ocasionadas por desfalcos al erario público, como el que por años le han hecho a la CVS (la institución que vela por el medio ambiente), con gran propiedad nos llenamos la boca de los problemas que acaecen en Bogotá por la recolección de basuras. No falta el que venga con el cuento de Entonces no podemos preocuparnos por lo que sucede en la capital, está en todo su derecho de intranquilizarse por el bienestar de sus vecinos, pero antes que se cerciore de que en su casa no le estén ligando la leche con agua.

 

“…tan católicos mamones, protagonistas sin roles yendo tras de un socialismo patriotero, sindicalista, preparados todos para aterrizar en pista,

y vecinas que no entienden qué ha pasado

en este barrio tan tranquilo, tan callado”

 

Las piedras que han tirado los estudiantes de la Universidad de Córdoba son directamente proporcionales a las piedras que se les salen a los que “nada” tienen que ver con el tejemaneje de esa Institución. Al final, entre tantas cortinas de humo, los Liberales de siempre terminaron manejando, según el medio de comunicación La Silla Vacía, el nada despreciable presupuesto de la Universidad.

 

“…Y tenemos pijas grandes, largas como mil facones,

y anacrónicas arengas, melancólicas uniones.

La bandera enloquecida, maten a los maricones

que los hombres van de putas para sentirse varones…”

 

Mientras los homosexuales siguen en su lucha por casarse (imagino que es para entender el mecanismo heterosexual de decepcionarse), la noche seguirá llegando para que usted y todos podamos descansar tranquilos, arrullados por la televisión o por el murmullo de un abanico, con la idea de que alguien está haciendo las cosas que nosotros mismos podríamos hacer mejor.

 

“…Es que el mundo es muy cretino

pero puede ser divino si yo quiero,

porque nada en este mundo me hace falta.

Nada más que algunos trucos,

un conejo, una galera, un colchón, un tocadiscos y una mesa.

Y es posible que los hijos puedan cambiar lo que hicimos

y la casa nunca más desaparezca…”

 

 
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