SENTIRES

Autor:   Enrique Arroyo Villegas

Enrique Arroyo Villegas


La habitación 3


Me pregunto si vale la pena salir de aquí. Me encontraré, seguro, con gentes psicológicamente perturbadas, que no sabrán dónde están ni adónde ir.

 

El mundo tal como lo conozco cambiará, surgirán nuevos gurús y falsos profetas que intentarán que nos adaptemos a una nueva era.

 

Los gobiernos ya han experimentado con el aislamiento humano, con el confinamiento, y el pueblo llano aceptó las medidas.

 

Me han crecido las uñas y el cabello, no tengo espejo, afortunadamente; también la barba, y tuve una novia que odiaba las barbas.

 

Los cabellos que se me caen son blancos, como los que me coloqué una vez en barbas postizas para una fiesta en el Círculo Mallorquín. Mi madre lucía joven, vestida con un sahari color carne —no habían llegado los emigrantes hindúes a mi ciudad, el sahari se lo compró en Londres—. Lucía bella, con todos los hombres a su alrededor enfundados en el obligado smoking. Con mi caracterización de profesor anciano y barbudo, nadie quería creer que yo sólo tenía 20 años. Siempre admiré, como Hermann Hesse, las barbas de los monjes cuidando el huerto, y como él, me hubiera gustado ser un monje borracho.

 

Mi pájaro acude cada mañana a la ventana a despertarme, pero huye cuando me acerco, sin dejarse ver. Benditos pájaros, cuánta razón tenía Jesús cuando decía que ellos no reciben nada, pero su Padre los cuida.

 

Ya no queda nada de comer, y los posos de café se agotaron, mantengo un poco de picadura de tabaco que como una fiesta fumo de vez en cuando.

 

La habitación debe oler mal. Yo no percibo olores, ni ruidos, sólo la luz lejana que se enciende por la mañana y se apaga de noche.

 

El servicio eléctrico no funciona, y las cañerías envían de vez en cuando chorritos de agua que rezume lodo.

 

Hoy golpeé la puerta, solo para saber qué estaba sucediendo afuera, pero nadie contesto.

 

Intentaré reventar la cerradura, o desmontar la puerta desde sus gonces, que será más fácil. No tengo miedo, ni ansias de libertad, tan solo curiosidad. Sí, eso haré, empezaré mañana mismo.

 
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